Diciembre de 2023: todo era desolación, se terminaba un año durísimo, de mucha incertidumbre, para dar paso a un nuevo año aún más incierto, con un país gobernado por la extrema derecha y un peronismo fragmentado. En el medio (y como siempre), lxs trabajadores. En este caso y específicamente, nosotras, trabajadoras independientes que nos conocimos y nos unimos por un factor (o muchos) en común: cada una -desde su lugar y a través de su emprendimiento- tiene como objetivo llevar algo de peronismo a la vida y a los días de lxs compañerxs a través de productos realizados por manos también compañeras.
Esa fuerza por defender y perpetuar el peronismo, sus referentes y su identidad -aún en épocas tan difíciles- fue la que nos llevó a tomar el impulso de armar nuestro propio espacio, nuestra propia feria, la gran feria peronista. Lxs compañerxs necesitaban revalorizar al peronismo, sentirse cerca, llevar algún detalle justicialista a sus arbolitos de navidad. Nosotras, las emprendedoras peronistas, necesitábamos laburo, espacios donde ofrecer nuestras producciones, una red de contención que nos sirva de sostén no solo en lo económico si no también en lo anímico para afrontar lo que vendría y fue así que ante la desoladora realidad, se encendió la chispa que llevamos dentro y por la que lxs peronistas somos reconcidxs, esa chispa que lleva a no darse por vencido ni derrotado aún en las peores derrotas. ¿Qué pasó? Nació lo que dimos a llamar la FERIA PERONISTA, organizada por un colectivo de casi 20 emprendimientos compañeros (la mayoría llevado adelante por mujeres y que, luego, se sumarían también valiosos compañeros).
Diciembre, caos total. Nadie apostaba un mango a que el peronismo pudiese vender algo (ni ideas, mucho menos regalos peronchos), las calles vacías, no se respiraban aires festivos, el clima estaba enrarecido. Pero nosotras, obstinadas, conseguimos un hermoso espacio para poder llevar adelante nuestra primera feria. Y no fue un éxito, fue mucho más que eso, tanto que a la semana ya estábamos realizando la segunda edición. Ese fue el germen de este espacio que sigue creciendo, recorriendo lugares, con múltiples y diversos objetivos, apuestas y desafíos. Empezó como un manotazo de ahogado colectivo para convertirse en el salvavidas de muchos emprendimientos y proyectos autogestivos que hoy se sostienen en parte gracias a esta hermosa propuesta,
Juan Barbijo Perón, mi emprendimiento, que nació y sobrevivió a una pandemia, a un gobierno (aunque duela reconocerlo) bastaste mediocre y que -por supuesto-pretende seguir en pie más allá de los avatares de este gobierno malicioso, forma parte de la Feria Peronista. Y, por ello, me parecía tan importante poder contarles sobre ella en estas líneas. Para pedirles, además, que acompañen -de la forma en que puedan y quieran- a este colectivo porque de esa forma estarán acompañando a un montón de familias que viven y trabajan apostando a la mística, a la doctrina y al amor peronista.
Todos los meses la Feria Peronista se presenta en distintos puntos de la Ciudad de Buenos Aires y ahora también de la provincia. Las nuevas fechas y todo lo que pasa en ella, podrás verlo en nuestro Instagram: @feriaperonista. ¡Te invito a que nos sigas! Y, de más está decirlo, si nunca fuiste a una edición de la feria, no sabés lo que te estás perdiendo: sorteos compañeros, invitados sorpresa que la rompen (hace poco nos visitó el groso de Dady Brieva), musiquita linda, charlas de actualidad, la infaltable marchita con los dedos en V bien arriba y, obviamente, los mejores productos peronistas. Es el verdadero lugar que todo ser de bien que se precie de ser peronista, tiene que visitar.
¡Aguante la red compañera! ¡Aguante la Feria Peronista!